Esta semana ha coincidido la celebración de dos días claves para la sociedad: El Día Nacional del Tercer Sector (9 octubre) y el Día Mundial de la Salud Mental (10 octubre). En cierta manera, ambos coinciden a la hora de intervenir en los desafíos particulares y globales de las personas. A la vez que encajan con el estigma que tiene la población hacia ellos por el gran desconocimiento que poseen y la falta de concienciación. Por ello, es vital remarcar el valor que tienen tanto la Salud Mental como el Tercer Sector, sobre todo, a la hora de nutrirse uno del otro.
El sector social reconoce que el cuidado de la salud mental es un componente integral de nuestro bienestar general, y es por ello que lleva años dedicándose a trabajar por prestar ayuda y atención a aquellas personas que más lo necesitan, abogando por su accesibilidad y calidad. A pesar de los enormes avances hechos desde el Tercer Sector en cuanto al reconocimiento y sensibilización acerca de la salud mental, quitando tabúes y estigmas a la hora de hablarlo abiertamente e incorporarlo en nuestro trabajo, aún existen desafíos significativos en la atención y el acceso a servicios de salud mental de calidad en muchas comunidades. El futuro de la salud mental es incierto, pero con los datos actuales todo parece indicar que será desfavorable.
Según la Confederación de Salud Mental de España, 1 de cada 4 personas tendrán un trastorno mental a lo largo de su vida. Aunque, actualmente 450 millones de personas en todo el mundo ya se ven afectadas por un problema de salud mental que dificulta gravemente su vida. De hecho, entre el 35% y el 50% de l@s afectad@s no reciben ningún tratamiento o no es el adecuado.
Es aquí donde interviene el Tercer Sector con funciones clave para garantizar una mejora del servicio sociosanitario que integre los cuidados de la salud mental al alcance de todos. De esta manera, las entidades sociales mediante diferentes vías contribuyen a disminuir las carencias relacionadas con la salud mental, con acciones tales como: el acceso a servicios y cuidados de la salud mental, sensibilización, defensa de políticas públicas, investigación y colaboraciones y, sobre todo, el acompañamiento y apoyo en comunidades vulnerables.
El voluntariado es una de las principales vías de actuación del sector social y la que mayor impacto social genera cuandos e trata de paliar las causas sociales. A la hora de aportar su tiempo y talento hacia las personas con problemas de salud mental, las personas voluntarias reciben numerosos beneficios a nivel personal, a la vez que l@s beneficiari@s. Aunque, no solo en las acciones de voluntariado desarrolladas desde las ONG, sino también en las llevadas a cabo por empresas con inquietud social.
El voluntariado como una herramienta para mejorar la salud mental
Numerosos estudios han demostrado que llevar a cabo actividades de carácter altruista pueden mejorar nuestro bienestar emocional. A través del voluntariado se nos da la oportunidad de conocer otras realidades, muchas de ellas ajenas para nosotros hasta entonces. Ser conscientes de las problemáticas sociales existentes, salir de nuestra zona de confort y trabajar junto a otras personas en alcanzar un bien común, son vivencias que enriquecen nuestra personalidad. De tal modo, aspectos tan diversos y significativos en nuestras vidas como la empatía, la satisfacción personal, el autoconocimiento, la gestión de emociones, la autoestima, las habilidades sociales o la fuerza de voluntad, entre otras, experimentan un elevado desarrollo cuando desempeñamos acciones solidarias.
De hecho, según el Informe voluntariado en salud mental de 2021 de la Confederación de Salud Mental de España, el 82% de personas que ha realizado voluntariado con personas con problemas de salud mental afirman que se han producido cambios a la hora de comprender a las personas afectadas
Así mismo, no solo las personas que realizan un voluntariado se benefician de sus efectos. Las personas beneficiarias de los proyectos sociales también son parte de esta mejora en la salud mental. Frecuentemente, formar parte de un colectivo vulnerable suele ir de la mano de obstáculos tales como la soledad, la incomprensión o la invisibilidad. Contar con iniciativas y colaboradores que, junto a ellos, remen a favor de su superación, es clave para generar no solo cambios, sino también un impacto positivo a nivel social e individual.
De esta manera, realizar voluntariado relacionado con la salud mental te garantiza grandes aportaciones del voluntariado a nivel personal, que siguiendo el mismo informe son:
- Mayor comprensión, aprendizaje y conocimiento del colectivo.
- Desmitificar prejuicios, romper estigmas y estereotipos, eliminación de juicios de valor.
- La riqueza de la diversidad.
- Mayor empatía, respeto y gratitud.
- Ver el potencial de cada persona al darles la oportunidad.
- Mayor autoestima, bienestar, motivación y empoderamiento.
- Desarrollo personal, enriquecimiento, adquisición de habilidades sociales.
- Experiencia y formación.
- Esperanza.
A la vez que se genera impacto social en el colectivo beneficiario de este voluntariado, haciendo que sienta efectos positivos extrapolables a nivel global como son:
- Compromiso.
- Ayuda.
- Contribución social.
- Realización personal
- Respeto.
- Motivación.
- Aprendizaje.
- Calidad Humana.
- Implicación.
- Dedicación.
- Mejorar del bienestar.
- Comprensión.
- Acompañamiento.
- Valoración.
- Socialización.
- Reducción de prejuicios y estereotipos.
Beneficios del voluntariado corporativo en la salud mental
El objetivo principal del Voluntariado Corporativo es impactar de manera positiva en los colectivos beneficiarios de sus actividades. No obstante, su repercusión no se limita únicamente a estos, sino que sus beneficios también son visibles en las personas voluntarias que participan. Por lo que, unidos a los beneficios mencionados anteriormente, las acciones sociales corporativas impulsan:
- Favorecer la conexión social y las relaciones interpersonales.
- Satisfacción laboral
- Motivación profesional.
Del mismo modo, no sólo los agentes directos de estas actividades ven mejorar su salud mental, sino que la sociedad en su conjunto también la ve reforzada. El hecho de que se desarrollen este tipo de actividades, no solo ayuda a visibilizar la realidad de los colectivos en los que impactan u ofrece un apoyo específico a los mismos, también genera un sentimiento de bienestar y seguridad a nivel comunitario, donde la sociedad se siente arropada y escuchada ante sus posibles necesidades.
En Fundación Hazloposible sostenemos un compromiso con destinar cualquier persona con inquietud social a ayudar a las causas sociales que más lo necesiten, tales como el bienestar emocional. Creemos que la sociedad ha avanzado mucho en materia de salud mental, pero aún queda mucho por hacer para destruir los prejuicios y carencias que sufre a día de hoy. Si quieres ayudar a personas afectadas con problemas de salud mental, te ofrecemos múltiples vías para hacerlo:
- Ya sea con la gestión de programas de Acción social desde nuestra Oficina Técnica de Voluntariado Corporativo;
- O a través de las ofertas de voluntariado o empleo de nuestro portal Hacesfalta.org.
Tu bienestar mental no debe depender de nadie y de nada, pero no tengas miedo a pedir ayuda si lo necesitas. La salud mental no es un privilegio, es una prioridad. Porque el cuidado de la salud mental es un aspecto imprescindible para el cambio hacia un mundo mejor