Los pasados días 16 y 17 de abril, tuvo lugar la 4ª edición del curso “Innovación en Voluntariado Corporativo: estrategias para maximizar el impacto en la empresa, en los voluntarios y en la comunidad”, organizado por la Fundación Hazloposible y la Asociación Trabajo Voluntario, en la sede del Grupo VIPS.
Más de una veintena de personas con distintas responsabilidades (RRHH, comunicación, RSC, etc.) participaron en el curso y aportaron los retos que se encuentran en sectores tan variados como las telecomunicaciones, la energía, la banca, los seguros, la salud o la restauración, entre otros.
El eje central del curso se basó en cómo trabajar desde un enfoque estratégico y de mayor valor, que consiga generar un “círculo virtuoso” entre las tres esferas involucradas en el voluntariado corporativo: empresa, colaboradores y comunidad. Desde esta perspectiva, Jaime Ulloa definía el voluntariado corporativo como “la práctica que promueve el trabajo voluntario de sus colaboradores (empleados) para contribuir al bienestar de la sociedad”. En un momento en el que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) guían la acción de entidades sociales, empresas y poderes públicos, cobra mayor importancia el papel del sector privado como promotor de la transformación social a un mundo más justo, para lo cual el voluntariado corporativo se convierte en una poderosa palanca de cambio.
Las motivaciones de los empleados, las prioridades estratégicas de negocio, las técnicas de investigación y planificación para un correcto diseño de un plan de voluntariado corporativo fueron algunos de los muchos temas que se abordaron en el curso. Se visibilizó por parte de los participantes que sus empresas encuentran una gran utilidad a los programas de voluntariado corporativo, ya que mejoran o contribuyen a aspectos como la cultura corporativa, el sentido de pertenencia, la mejora del clima laboral, el desarrollo de habilidades, el trabajo en equipo, la creatividad, la innovación o la captación y retención de talento, especialmente para el caso de la generación ‘millennial’.
Los formadores hicieron énfasis en la importancia de la evaluación continua a lo largo de las tres fases de un plan estratégico de voluntariado corporativo: planificación, diseño e implementación. Si quieres saber más sobre los contenidos del curso o cómo lo vivieron los participantes, no dejes de leer este post.