«Encontré grandes guerreras y aprendí una gran lección»

Con motivo del Día Internacional del Voluntariado, te traemos historias reales de quienes se dan un poquito a los demás a través de su empresa. Entrevistamos Mercedes Cerdán, Comercial de Asnor Valencia en Grupo Santalucía.

 

El pasado 17 de octubre, Mercedes se sumó al proyecto “Mirada Segura”. Durante una jornada, se transformó en formadora voluntaria e impartió un taller de empleabilidad a un grupo de mujeres sobrevivientes a situaciones de violencia de género.

 

Mercedes, ¿en qué consistía la jornada y por qué decidiste participar?

La jornada consistió en una escuela de fortalecimiento y el tema a tratar estaba relacionado con mi nuevo puesto de trabajo. En mi caso, vimos los derechos y obligaciones. Se trataba de adquirir confianza y conocimientos de cómo comportarse el primer día de trabajo, vestuario elegido, documentación a aportar, partes de una nómina, faltas de comportamiento, etc. Decidí impartir este tema porque una de mis tareas en mi día a día consiste precisamente en lo contrario, recibir a los nuevos asesores que formarán parte de nuestro Grupo, y pensé que sería un buen punto de vista para las participantes del taller.

 

A nivel personal, ¿cómo te preparaste?, ¿te pusiste nerviosa?

No son nervios, es ilusión por poder participar y compartir con mis compañeras estas bonitas experiencias. La preparación que te aporta la Fundación Integra y el apoyo de Nazaret hace que todo sea muy fácil, no se necesita de una gran preparación para impartir el taller.

 

¿Qué te esperabas y qué te encontraste?

Me esperaba encontrar a mujeres muy débiles emocionalmente y poderlas apoyar con mi fortaleza, pero me sorprendí muchísimo puesto que son unas grandes guerreras y aprendí una gran lección.

 

¿Qué fue lo que más te gustó de la experiencia?

Es un conjunto de sensaciones difíciles de explicar, poder ofrecerles y que ellas aceptaran mis consejos, mis experiencias, que consiguiese transmitir valores sobre el nuevo puesto de trabajo, que tuviesen un gran interés por saber y me preguntasen con entusiasmo, en definitiva hubo feedback.

 

¿Qué tal la relación con las mujeres participantes?

Son geniales, con una historia y unas experiencias que hacen que la vida se vea diferente, se aprende muchísimo de ellas. Son mujeres sencillas, con entusiasmo por prepararse y lanzarse de nuevo a la vida. Quizá por el hecho de ser mujer me he sentido más cerca de ellas, pues ninguna estamos exentas de pasar por estas circunstancias, pero aprendes que hemos de ser fuertes y pedir ayuda, la libertad no puede tener un precio, es un derecho.

 

Cuéntanos algo que te sorprendiera especialmente

Cuando llegué estaban en la hora del descanso de la comida y me senté con ellas. Hablamos distendidamente como si nos conociéramos de toda la vida. Me sorprendió muy gratamente. Una de las participantes es motera y nos deleitó con sus aventuras y sus conocimientos sobre el mundo de las motos, disfrutamos mucho escuchando sus historias.

 

¿Por qué crees que este tipo este proyecto es relevante para ellas?

Me entra una gran tristeza pensar que no existieran este tipo de proyectos donde ayudar a las mujeres en situación de maltrato. Si bien ellas ya llegaron al taller muy fuertes, no quiero ni imaginar cómo llegaron a la Fundación. Debe ser terrible no tener dónde acudir y no recibir ayuda por parte de la sociedad. El participar en estos proyectos les devuelve a la vida, les enseña de nuevo el camino a la libertad, les hace fuertes.

Hay muchos tipos de violencia. Cada día nos encontramos con obstáculos que debemos superar solo por el hecho de ser mujeres. Cada día hemos de enfrentarnos a prácticas inculcadas en nuestra sociedad y que, entre todos y todas, debemos erradicar, pero por desgracia no esta siendo ni fácil, ni rápido.

 

¿Qué esperas haberles aportado?

Me siento orgullosa de ser mujer, de luchar cada día por la igualdad, en el trabajo, en casa, en la sociedad. Espero que hayan visto en mí una luchadora nata y haberles transmitiese que se puede conseguir, que somos iguales independientemente del género y que nadie debe recibir maltrato.

 

¿Qué te llevaste para ti?

Reconozco que me llevé más que entregué. Son tantos sentimientos, tantas experiencias que aportan nuevas formas de ver la vida… Cuando terminé el taller y llegué a casa no paraba de contarles a mis hijos las vivencias de aquel día. El propio aprendizaje que obtuvieron mis hijos de mis relatos y ver cómo disfrutaban de los éxitos de las mujeres, cómo aprendían de vivencias reales, fue una de las mayores aportaciones que me llevé. En nuestra mano está educar a los hijos para que esta lacra se erradique definitivamente.

 

¿Qué sientes cuando piensas que tu empresa se implica en este tipo de iniciativas?

Estoy muy agradecida por tener la oportunidad de participar en estos proyectos. Que mi empresa se implique y ayude en cualquier tipo de iniciativa con fines colaborativos significa mucho para mí. Me siento parte de una gran empresa que no pierde la esencia humana, a pesar de su magnitud.

 

¿Qué le dirías a tus compañeros para que se animasen y se hicieran voluntarios?

Que lo hagáis ya mismo, tenéis que involucraros y disfrutar de las oportunidades que ofrece el trabajo, más allá de nuestros quehaceres diarios. Tendréis la oportunidad de conocer a otras personas de diferentes departamentos de la empresa, colaborar y aprender. Y, sobre todo, ser voluntario aportará a vuestras vidas experiencias difíciles de conseguir en otros ámbitos. Aprovechad la ocasión. No hay mayor recibir, que dar a los demás.

 

Conoce las vivencias de otros voluntarios. Por ejemplo la de José Miguel Navalón, que partipó en una jornada gastronómica junto a la Fundación Asindown.

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