A medida que envejecemos, los círculos sociales tienden a reducirse, a la vez tiende a aumentar la probabilidad de que suframos soledad no deseada. Una problemática grave y extendida que afecta tanto al bienestar emocional como a la salud física, con consecuencias personales y sociales profundas. La pérdida de seres queridos, la jubilación, los problemas de movilidad o salud e, incluso, la brecha digital, hacen que muchas personas mayores vivan en un aislamiento que afecta profundamente su bienestar emocional, mental y físico.
Cada 26 de julio, se celebra el Día de los Abuelos, una fecha que va más allá de los homenajes y las felicitaciones. Es un día que nos invita a reflexionar sobre el papel fundamental que los abuelos y abuelas desempeñan en nuestras vidas, y también sobre los desafíos que enfrentan en esta etapa vital. Entre ellos, uno de los más urgentes y silenciados: la soledad no deseada.
Casi 3 millones de personas mayores de 65 años en España sufren soledad no deseada, según datos de 2024 de la Fundación Senara. Además, más de 2 millones de personas mayores viven solas en España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta soledad crónica puede tener efectos tan perjudiciales para la salud como el riesgo de depresión, deterioro cognitivo y enfermedades cardiovasculares.
El voluntariado como puente entre generaciones
Pero la buena noticia es que hay formas de prevenirla y combatirla, y los agentes sociales tenemos que adoptar un papel clave esta lucha. Una de nuestras herramientas más directas de intervención puede generar alto impacto y establecer puentes generacionales es el voluntariado.
Ya sea de manera particular o a través de tu empresa, el voluntariado intergeneracional ayuda a reducir el aislamiento y aporta compañía emocional. Colaborando con entidades que trabajan con personas mayores, podemos fortalecer su autonomía, autoestima y participación social. A la vez que conectamos a generaciones diversas, rompiendo barreras y estereotipos, y construyendo redes comunitarias más solidarias.
Beneficios para ambas partes
El voluntariado intergeneracional no solo beneficia a las personas mayores, toda la sociedad gana:
- Para las personas mayores, significa sentirse valoradas, útiles y conectadas con el presente. Recuperan el entusiasmo, mejoran su autoestima y rompen con la rutina.
- Para los jóvenes, representa una oportunidad para aprender de la experiencia, desarrollar empatía, y adquirir valores como el respeto, la paciencia y el compromiso social.
Este Día de los Abuelos queremos lanzar una petición especial: regala tu tiempo. Puede que no todos tengamos abuelos cerca, pero hay muchas personas mayores que estarían encantadas de recibir una visita, una llamada o una conversación. Pero no queremos que esto quede en un día aislado, la soledad no deseada puede y debe combatirse todos los días del año.
Si realmente quieres poner la experiencia en valor, te invitamos a acceder TransparenciaONG.org o a Hacesfalta.org, donde puedes encontrar cientos de ONG con las que colaborar por la soledad no deseada, como son Fundación Amigos de los Mayores o Adopta a un Abuelo.
Porque no necesitan grandes gestos, sino presencia, escucha y afecto, solo necesitan saber que todavía hay alguien que quiere compartir un rato con ellos. Apuesta por el voluntariado intergeneracional y unamos junt@s generaciones, a la vez que construimos un futuro más humano, más justo y más sostenible.