Ante la crisis y las alternativas al consumo tradicional que están surgiendo entre la ciudadanía, las empresas tienen que elegir: ¿seguir con una RSC “de envase” o dar un paso más? Es unas de las preguntas sobre la relación entre empresas y ONG que presentó Carlos Ballesteros en la jornada: “La Responsabilidad con la Sociedad: Más allá de la RSC”.
Carlos Ballesteros es profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de ICADE y experto en consumo responsable. En su charla, explicó las claves para entender por qué las empresas tienen que dar un paso más en su relación con las ONG.
Contexto: el consumo nos define
El consumo es un hecho estructural en nuestra sociedad. Quien no puede consumir, queda fuera de la sociedad. Sin embargo, este nivel de consumo conlleva una huella no solo ecológica, sino también social. Si todos los países consumieran como nosotros, harían falta 4 o 5 planetas. Ante esta situación, la ciudadanía está respondiendo con formas alternativas de consumir: ha creado grupos de consumo, bancos del tiempo, banca ética, consumo colaborativo, monedas sociales alternativas, etc.
Qué pueden hacer las empresas ante estas alternativas que no paran de crecer, ¿seguir ignorándolas o tenerlas en cuenta? ¿Trabajar su RSC en solitario o cambiar su relación con las ONG?
Más allá de la RSC de “envase”
Según Ballesteros, las empresas deben ir de la ética de las consecuencias (actuar para evitar una mala imagen o una respuesta de grupos sociales) a la ética de las virtudes. Además, deben abandonar su visión stakeholder (donde sus colaboradores giran alrededor de ella) para pasar al modelo “tela de araña”, donde la empresa es un agente más dentro de la sociedad. Esto significa que la RSC debería formar parte de la misión y visión de la empresa. Cambiar su relación con las ONG y convertir a la empresa en un “buen vecino”, que colabora con el resto de agentes sociales.
Nuevos retos
Algunos de los retos que deben afrontar las empresas, junto al resto de agentes sociales, ante la actual situación son:
- Salir de la crisis: para ello, hay que emplear una estrategia “Sudoku”, donde se tenga en cuenta a todos los agentes, “en vertical y horizontal”. Además, es necesario que empresas y ONG hablen el mismo idioma.
- Comercio justo: Muchas empresas lo han implementado en sus materias primas (algodón, café, etc.), pero hay que dar un paso más allá y aplicarlo a todos los servicios y proveedores de la empresa: limpieza, transporte, etc.
- The Commons: Hasta ahora, eran considerados bienes comunes el lenguaje, el patrimonio cultural, etc. Pero ¿y si entraran en la categoría de “commons” conceptos como el empleo, la vivienda o la convivencia social?
Según el análisis de Carlos Ballesteros, algunas empresas ya han dado el paso y, por ejemplo, han creado la “banca ética” o aceptan monedas sociales, pero la gran mayoría sigue anclada en una relación con las ONG que no responde a las exigencias sociales. ¿Conocéis más ejemplos de empresas donde la relación entre empresa y ONG haya dado “un paso más”? ¿Creéis que esta tendencia va ligada a la crisis y que, una vez superada, volveremos al anterior modelo de relación entre empresa y ONG? ¿Qué otros retos creéis que deben afrontar las empresas? ¡El debate está servido!
* Las imágenes que aparecen en este post forman parte de la presentación de Carlos Ballesteros y fueron cedidas por el ponente.