Consejos para hacer voluntariado con personas con discapacidad

A la hora de elegir un voluntariado nos surgen dudas sobre si seremos capaces de hacerlo bien o no con los/as usuarios/as. Cuando se trata de ayudar a personas con discapacidad, al igual que con cualquier otro colectivo, es importante contar con una formación previa y tener en consideración una serie de factores que te contamos a continuación para que pongas en práctica.

Si estás pensando en dedicar tu tiempo a ayudar a personas con algún tipo de discapacidad, ya sea física o intelectual, en este post encontrarás consejos para interactuar de la forma más enriquecedora. 

  1. Antes de comenzar la actividad es imprescindible que la entidad que organiza el voluntariado te brinde la formación y conocimientos necesarios sobre el colectivo con el que se va a trabajar y las distintas discapacidades que pueden darse (auditiva, visual, intelectual, física o mental), así como el perfil de sus beneficiarios/as.
  2. Deberás adaptarte al ritmo de trabajo y a las pautas establecidas previamente, para no alterar los planes de acción ni perjudicar a las personas con las que vas a interactuar.  
  3. Tu actitud debe ser como una relación de igual a igualNo subestimes ni juzgues antes de tiempo a nadie, porque el ser humano nunca deja de sorprender.
  4. Habla mirando a los ojos de la persona a la que te quieres referir, sin dirigirte a su acompañante cuando quieras interactuar con él/ella.
  5. Pregunta antes de ayudar: no des por hecho que necesitan ayuda, ofrécete cuando creas que la persona puede necesitarla. Cuando les ayudes, hazlo con naturalidad. Y cuando te digan que no necesitan ayuda, no te sientas ofendido/a. 
  6. Pregunta acerca de todo lo que creas que tienes una opinión. No basta con suponer lo que crees que esa persona quiere o siente. Cada uno pensamos, queremos y sentimos de diferentes formas.
  7. Sé visible en todo momento. Independientemente de que quieran o no nuestra ayuda, deben saber que pueden contar con nosotros/as cuando quieran.
  8. Respeta su espacio personal. No agobies con tu presencia ni insistencia. Todos/as necesitamos sentirnos como pez en el agua. 
  9. No les trates como si fuesen niñas/os. Tenemos capacidades diferentes, se trata de ponérnoslo fácil entre nosotros y favorecer la inclusión en la sociedad.
  10. Actúa con naturalidad.
  11. Sé respetuoso/a, paciente y flexible. Trata a los demás como te gustaría que te tratasen.
  12. Utiliza un vocabulario sencillo para evitar confusiones y asegúrate de que se te ha entendido bien. 

Como hemos señalado anteriormente, existen diferentes tipos de discapacidades y cada una requiere de una atención y/o cuidados diferentes. Te mostramos algunos ejemplos a continuación:



Discapacidad física

– La persona puede necesitar ayuda para alcanzar objetos, abrir puertas o ventanas… Si camina despacio o utiliza muletas, intenta ajustar tu paso al suyo. Si necesita hacer uso de una silla de ruedas, un andador o un teclado especial y desconoces su manejo, pregúntale cómo se utiliza y cómo puedes ayudarle. No olvides que si te diriges a una persona en silla de ruedas, siempre que sea posible, debes intentar situarte a su misma altura y mirarle a los ojos.

– Intenta que sus muletas o silla de ruedas estén siempre próximos a él/ella para que pueda utilizarlas cuando desee. 

– No te dejes caer ni te apoyes en su silla, ya que es parte de su espacio y podría molestarle. Es decir, respeta su espacio personal.

– En caso de que esta persona utilice prótesis, no fijes la mirada en ella. 

 No empujar ni mover la silla sin su autorización previa. 

– Cuando nos encontremos con obstáculos, debemos tumbar la silla hacia atrás e ir bajando por las ruedas traseras. 



Discapacidad visual

– En primer lugar, debes identificarte al acercarte para que sepa quién es su interlocutor. Como consecuencia, debes avisarle antes de ausentarte.

– Tu mensaje debe ser preciso y específico, sin sustituir el lenguaje verbal por gestos. Cuando vayas como acompañante a su lado, ofrécele el brazo y camina un paso por delante. Procura, a su vez, que no reciba empujones y no tenga muchos obstáculos por el camino. 



Discapacidad auditiva

– Sitúate de frente para que pueda leer tus labios con facilidad cuando te esté mirando y evita dirigirte a la persona cuando se encuentre de espaldas.

– Si no conoces el lenguaje de signos, intenta hablarle despacio y vocalizando claramente, con el rostro bien iluminado para que pueda leer tus labios, y asegúrate de que lo ha entendido. 

– Si tienes muchas dificultades para comunicarte, siempre puedes escribir aquello que quieras decir. 



Discapacidad intelectual

– Infórmate de su condición y adáptate a su capacidad y a su edad, sin tratarlo como a un/a niño/a para que se desenvuelva solo/a en las actividades.

– Como hemos comentado anteriormente, utiliza un vocabulario sencilloten paciencia durante la conversación y facilita su relación con otras personas.

Nunca olvides que tienen capacidades diferentes, como cualquiera de nosotros/as y por eso debemos facilitarles la inclusión en la sociedad. Ante la duda, pregunta siempre a la organización con la que estés realizando el voluntariado para saber si necesitas cualquier tipo de formación previa o si pueden compartir contigo materiales que puedan ser de ayuda. ¡El aprendizaje es un proceso constante que va mucho más del voluntariado! Pero sin duda la experiencia práctica que aporta un voluntariado es la mejor manera de acercarnos a diferentes realidades y contribuir por un mundo accesible para todas y todos.

En el buscador de ofertas de voluntariado encontrarás multitud de oportunidades para dedicar tu tiempo como voluntario/a con personas con discapacidad. 

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