La historia de José Ramón: Cambiar la oficina por la playa, las finanzas por recoger residuos

En nuestra semana homenaje a los voluntarios, con motivo de la celebración del Día Internacional del Voluntariado, contamos ahora la historia de José Ramón Seco, profesional de Bankinter y Embajador Social de la Organización Norte de la entidad bancaria. Nos cuenta su experiencia de voluntariado limpiando de la playa de Canallave (Cantabria), actividad del proyecto Proyecto Libera – 1m2 por la naturaleza, de SEO Birdlife y Ecoembes.

 

El día 17 de junio se llevó a cabo una iniciativa de limpieza de los entornos naturales en todo el país, acción puesta en marcha por las organizaciones SEO Birdlife y Ecoembes. La iniciativa se llama proyecto Libera – 1m2 por la naturaleza. La actividad se realizó en grupos que salieron  a entornos naturales para llevar a cabo una limpieza y recogida de la basura. Bankinter se unión a la iniciativa limpiando la playa de Canallave, en Liencres.

 

Un grupo de voluntarios BK, junto a sus familias , dedicamos la mañana a la limpieza de playa. Amaneció un día soleado y una temperatura estupenda, así que tras proveernos del material necesario (guantes, gorros, bolsas de basura y, por supuesto, nuestras camisetas naranja), comenzamos recorriendo el pinar de Liencres, un espacio protegido y de gran belleza. En contra de lo previsto, estaba muy limpio.

 

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Tras una larga caminata, sin mucho éxito en cuanto a recogida de residuos pero, eso sí, disfrutando de los agrestes acantilados que nos separaban del mar Cantábrico, llegamos a la preciosa y recogida playa de Canallave. El primer tramo, el más poblado de bañistas, también estaba limpio, pero en la parte de playa menos transitada, nos encontramos gran cantidad de plásticos y residuos de todo tipo y tamaño, lo que los voluntarios recibimos casi como si hubiéramos encontrado un botín, algo que justificara la caminata que nos habíamos metido.

 

Allí nos dedicamos en cuerpo y alma, también los más pequeños, a la recogida de todos los residuos, principalmente plásticos, y con tal empeño y dedicación que llegamos a llenar 18 bolsas grandes de basura, ¡increíble!

 

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A la vuelta, cargados con toda la basura, fuimos felicitados por los bañistas, asombrados por toda la basura que la nutrida marea naranja habíamos conseguido. La descargamos en los contenedores y satisfechos nos dirigimos al bar que domina la playa, en donde todos degustamos con especial placer unos refrescos, rabas, aceitunas, patatas y, sobre todo, la suave brisa y la satisfacción del objetivo cumplido.

Gracias a todos los Voluntarios BK».

 

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