Noemí Vicent lleva diez años trabajando en Allianz como técnica comercial y participa muy activamente en las actividades de voluntariado corporativo de su empresa, de la que se siente realmente orgullosa.
Durante la reciente edición del Give & Gain, Noemí acudió junto a su familia al refugio de animales “La Bassa”, en Tarragona, donde ayudaron a mejorar las instalaciones y disfrutaron de una estupenda jornada de voluntariado al aire libre.
«Decidí apuntarme a esta actividad porque era de tipo medioambiental y se trabajaba con animales. El objetivo era construir una cabaña que sirviera de refugio para estos animales y plantar unos arbustos alrededor del recinto. Fui con mi familia, con mi marido y con mi niño. Él es un poco pequeño, tiene 21 meses, pero yo quiero que viva este tipo de experiencias desde pequeño, que esté sensibilizado con la ayuda a los demás, el respeto a la naturaleza, etc. Ya hemos hecho alguna cosa en familia y nos apuntamos a todo lo que podemos. Ahora mi hijo es muy pequeñito, pero me gustaría que creciera en este entorno.
La actividad era un domingo por la mañana en El Vendrell (Tarragona), así que nosotros decidimos coger un hotelito cerca el día anterior para no tener que madrugar demasiado con el peque. Nos recibieron en el refugio y nos contaron qué era lo que hacían allí. Tienen animales que han sido abandonados, que tienen problemática, caballos jubilados, etc. En el refugio los acogen y los ayudan. También nos explicaron qué era lo que íbamos a hacer durante la jornada: había que construir una cabaña para que los animales pudieran refugiarse del sol y de la lluvia y plantar arbustos para proteger las verjas de toda la finca. También había actividades libres. Organizaron, por ejemplo, un taller para niños que consistía en hacer nidos para pájaros y decorarlos; estuvo muy bien. Cuando terminamos las actividades principales, tuvimos la posibilidad de ayudar en otras tareas, como cepillar a los caballos y a los burros o hacer un camino que fuera del refugio a la cabaña que habíamos construido. El terreno era muy árido y había que ir quitando las piedras para que los animales pudieran acceder cómodamente.
Después, nos dejaron entrar a la zona en la que estaban los animales, nos los enseñaron y pudimos tocarlos. Había de todo: caballos, sobre todo caballos de hípica, ya viejitos, jubilados, cansados de las personas; burros que habían sido utilizados para labrar; también había unos cuantos cerdos (estos cerdos negros pequeñitos y regordetes que se pusieron de moda hace un tiempo, la gente los cogía como animal doméstico y luego los acabó abandonando); había gallinas, ocas… Los animales allí estaban muy bien. Había una oveja que no podía caminar y la estaban tratando con acupuntura, fue muy peculiar.
«Me dijo que había sido uno de los días más felices que había tenido en un tiempo»
Lo que más me gustó fue el trabajo que hacen en el propio refugio y cómo está organizado. Es un equipo muy joven, con muchas ganas y mucha energía, esto me sorprendió gratamente. Como familia lo disfrutamos un montón. A mi marido en concreto le encantó, se involucró muchísimo. De hecho, cuando nos íbamos, me dijo que había sido uno de los días más felices que había tenido en un tiempo, que estaba orgulloso de haber construido la cabaña y que algún día volveríamos con el niño y le diríamos: “Mira, esto hemos ayudado a construirlo y tú estabas ahí“.
Tenía un poco de miedo porque el niño es muy pequeño y no sabía si íbamos a tener que estar más pendientes de él que de poder ayudar. Todo lo contrario: él nos ayudaba en lo que podía, nos imitaba cuando nos agachábamos a plantar. Disfrutó muchísimo, cogió su propio cepillo y estuvo peinando a los animales.
Llevo tiempo participando en actividades de voluntariado de Allianz. Me apunté cuando se empezó a trabajar en temas relacionados con la Responsabilidad Social Corporativa y se lanzó el portal de Voluntariado Corporativo; y el año pasado ya participé en dos actividades. La primera consistía en pasar un día en la playa jugando con niños con discapacidad y la segunda en recoger una cosecha que iba a ser desaprovechada. También he participado en un par de carreras. Esta actividad en el refugio de animales “La Bassa” es la primera en la que he participado este año.
«Creo que las empresas grandes tienen capacidad de ayudar y me parece muy importante que presten atención a la Responsabilidad Social Corporativa»
Una de las cosas que más me gusta de participar en estas iniciativas es el contacto con los compañeros de trabajo. Allianz es muy grande y hay mucha gente a la que yo no conozco. Esta es una manera de entrar en contacto con gente de la empresa, yo siempre conozco a nuevos compañeros.
Además, para mí es un orgullo que Allianz se implique en este tipo de acciones. Creo que las empresas grandes tienen capacidad de ayudar y me parece muy importante que presten atención a la Responsabilidad Social Corporativa y fomenten el voluntariado y la ayuda. Vivimos en una sociedad muy individualista, en la que cada vez estamos más desconectados unos de otros por la rapidez con la que suceden las cosas, por las preocupaciones personales de cada cual y por la situación económica que tenemos, etc. Si no empezamos a ayudarnos entre nosotros, si las empresas no se implican y ponen su granito de arena… mal vamos. Ver que compañías como Allianz dedican parte de sus recursos a estas causas y que hay personas que dedican su tiempo de manera altruista a ayudar a los demás me hace recuperar la ilusión, pensar que realmente es posible mejorar las cosas.
A aquellos compañeros que no han participado todavía en este tipo de actividades, les diría que busquen un momento, que verdaderamente todos tenemos tiempo si nos organizamos bien, y que se animen. Les diría que esta es una manera diferente de pasar un día en familia, de conocer gente, conocer ideas y maneras de hacer nuevas… que es muy positivo acercarse a estas otras realidades».