Negocios inclusivos: por una economía para todas y todos

El Observatorio Empresarial contra la Pobreza presentó en Madrid los resultados de su último informe: “Negocios inclusivos y empresas españolas. El momento de no dejar a nadie atrás”. El objetivo de la investigación era analizar cómo el sector privado está afrontando el reto de integrar a los colectivos más vulnerables y trazar una hoja de ruta que pueda orientar el desarrollo de modelos inclusivos y sostenibles con impacto social positivo.

 

Según datos del Banco Mundial, actualmente hay 4.000 millones de personas que no tienen un acceso real y suficiente a los productos y servicios básicos necesarios. En España, aunque ha bajado la tasa de desempleo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) advierte que aún hay 2,9 millones de personas en riesgo de exclusión social.

 

 

“Hace falta promover una economía abierta a todos, donde los beneficios de la actividad lleguen a todas las personas, no solo a quienes están mejor capacitados o han tenido más oportunidades en la vida. La sociedad y los inversores demandan a todos los actores, y en particular a las empresas, que se responsabilicen del impacto social y ambiental de sus actividades económicas. Y les piden que contribuyan a una economía más incluyente, que genere mayor equidad”. Eran afirmaciones del presidente de la la Fundación Codespa (impulsora del Observatorio), Manuel Herrando Prat de la Riba, durante el acto de presentación del informe en Madrid.

 

 

Negocios inclusivos

 

 

El cambio de tendencia coincide con el impulso internacional de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que establecen unas metas comunes de trabajo para los estados, las empresas y la ciudadanía de aquí al año 2030. Su mensaje, aún lejos de convertirse en una realidad, va penetrando poco a poco en el imaginario de la sociedad española. En los últimos años, el cambio de discurso de muchas marcas, el auge de los emprendedores sociales o la evolución de las prioridades de las generaciones que se incorporan al mercado laboral ponen en evidencia que esta nueva forma de pensar y de hacer ha venido para quedarse.

 

¿Qué es un negocio inclusivo?

 

La Corporación Financiera Internacional confirma que el sector privado genera el 90% del empleo de todo el mundo. Es la principal fuente de ingresos de las familias y el mayor proveedor de productos y servicios, lo que le convierte en el motor de desarrollo económico más relevante a escala global. Por eso, su papel es fundamental en la lucha contra la pobreza y las desigualdades.

No obstante, su implicación no puede limitarse a la ayuda asistencial. Para lograr resultados positivos reales y sostenibles, los negocios deben promover la participación y la integración de los colectivos más vulnerables y de bajos ingresos en toda su cadena de valor:

 

  • Ofreciendo oportunidades de trabajo equitativas y dignas.
  • Controlando la cadena de suministros y asegurándose de que todos los proveedores respetan los derechos humanos y laborales, así como el medioambiente.
  • Mejorando los canales de distribución para llegar a toda la población.
  • Invirtiendo en las comunidades en las que se opera, integrándolas y favoreciendo su participación y empoderamiento.
  • Promoviendo un desarrollo y beneficio compartidos, que vayan más allá de la mera ampliación del consumo en las comunidades.
  • Ofreciendo productos y servicios de valor, que respondan a las necesidades de todos y todas, a un precio asequible para que los colectivos más vulnerables y de bajos ingresos también sean partícipes de la generación de riqueza.
  • Identificando y eliminando productos y servicios perjudiciales.
  • Aprovechando la capacidad de incidencia para mejorar las políticas públicas.
  • Siendo transparentes.

 

Un negocio inclusivo también puede ser rentable

 

Hablar de negocios inclusivos implica obligatoriamente hablar de rentabilidad económica. Cada vez hay más estudios que avalan que es posible generar un impacto positivo en la sociedad  sin comprometer la cuenta de resultados. Según el propio informe: “Tras analizar 300 empresas de diversos sectores (bienes de consumo, biofarmacéuticas, distribución, banca y tecnología, entre otros) el estudio concluye, de manera contundente, que las compañías que destacan por sus esfuerzos sociales y medioambientales, obtienen mejores retornos para sus accionistas”.

 

Además, a largo plazo, un negocio inclusivo puede generar importantes ventajas competitivas:

 

  • Mejora la reputación de la marca y la posiciona en el mercado.
  • Aumentan las posibilidades de conseguir inversores.
  • Crece la atracción y retención del talento.
  • Garantiza la estabilidad en la cadena de suministros reduciendo los riesgos.
  • Legitima las actividades económicas en las comunidades.
  • Facilita los trámites para obtener permisos y licencias para operar en determinados lugares.
  • Favorece la innovación y calidad de los productos y servicios.

 

 

Negocio inclusivo

Crédito: Rawpixel / Unsplash

 

 

Progresar en un ecosistema apropiado

 

La investigación analiza los principales retos y obstáculos que se encuentran las empresas españolas. Asegura que aún tienen mucho camino por recorrer para poner en marcha modelos inclusivos. Entre las principales conclusiones destaca la necesidad de crear un entorno adecuado, con un marco regulatorio claro, que las respalde e incentive a la hora de implementar nuevas iniciativas, adquirir los conocimientos y las capacidades necesarias, crear alianzas estratégicas, acceder a financiación y abrir nuevos mercados. “Los modelos de negocio inclusivos tienen mayor probabilidad de éxito cuando se desarrollan dentro de un ecosistema integral y cohesionado, con instituciones de apoyo que facilitan su consolidación y crecimiento”, señala.

 

¿Qué puede aportar el voluntariado corporativo a un negocio inclusivo?

 

Es posible aprovechar el voluntariado corporativo para implementar o fortalecer un modelo de negocio más inclusivo, pensado y desarrollado por y para todas las personas. Más allá del voluntariado asistencial o la captación de fondos para una determinada causa, se pueden poner en marcha actividades que respondan a este objetivo estratégico:

 

  • Capacitando y promoviendo la empleabilidad de los colectivos vulnerables.
  • Acompañando a los jóvenes que se incorporan al mundo laboral (mentoring).
  • Apoyando a las personas migrantes en su aprendizaje del idioma y la cultura.
  • Con voluntariado profesional o pro-bono para ayudar a los emprendedores o a las pequeñas empresas.
  • Participando en asociaciones juveniles e infantiles que faciliten la conciliación entre la vida familiar y profesional de padres y madres provenientes de entornos con bajos recursos.
  • Generando espacios donde las personas mayores puedan compartir sus conocimientos y experiencias.
  • Sensibilizando sobre hábitos de consumo saludables y sostenibles.
  • Trabajando en proyectos de desarrollo en los Países del Sur.

 

Como actor principal de nuestra sociedad, el sector privado tiene en sus manos la posibilidad de generar un impacto realmente transformador. Es capaz de dar respuesta a las necesidades de toda la población de una manera inclusiva y liderar la consecución de los retos que plantean los ODS desde sus modelos de negocio.

 

 

 

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