Día: 19 de julio de 2018

Ambicioso, triunfador, sociable, explorador… No importa cuál sea el perfil o la motivación de los empleados de tu empresa, pero no cabe duda de que a la mayoría de ellos les gusta jugar y divertirse. La gamificación no es otra cosa que implementar las metodologías y dinámicas de los juegos tradicionales a actividades no recreativas, estimulando de esta forma a los usuarios a participar para lograr un objetivo. ¿Y por qué no aplicar estas técnicas a tu programa de voluntariado corporativo?

 

Gamificar para movilizar

 

Lo primero que hay que tener claro es lo que se quiere conseguir a través de la gamificación: concienciar sobre un tema concreto, promover un cambio, reunir recursos en torno a una determinada causa, etc. Se trata, al fin y al cabo, de lograr un mayor engagement y generar, o consolidar, un compromiso a través de la participación activa.

Numerosas empresas y organizaciones han utilizado este recurso en sus campañas. Es el caso de Greenpeace con “Europa contra el CO2”, que pretendía movilizar a la ciudadanía para que firmase una petición en la que se solicitaba a los políticos que votasen a favor de unos objetivos exigentes de eficiencia en los vehículos durante el Comité de Industria, Investigación y Energía de la Unión Europea del 22 de abril de 2013. Otro ejemplo de gamificación sería “School Land”, un juego de Facebook que permitía a los usuarios de la red social construir una escuela virtual que posteriormente Unicef haría realidad en Zambia con los fondos obtenidos.

 

SCHOOLLAND_UNICEF

 

Existen numerosas mecánicas de juego para fomentar el interés y la implicación. Aparte del simple hecho de jugar y pasarlo bien, el usuario puede encontrar incentivo en la obtención de puntos y recompensas, cuyo funcionamiento debe estar claramente definido y ser conocido por la comunidad. Para ello, también es necesario diseñar un sistema de clasificación y comparación en el que cada participante tenga la posibilidad de visualizar sus resultados y consultar el ranking, despertando así el espíritu competitivo y aumentando la fidelización. Igualmente, se puede establecer un sistema de progresión o niveles, que permita crear contextos adaptados en los que los jugadores puedan desarrollar sus habilidades de diferente manera.

La Sociedad Española de Cardiología (SEC) puso en marcha en 2012 “La liga de los casos clínicos”. Esta competición anual reta a los profesionales de la salud a publicar y resolver casos clínicos en un plazo determinado. Los diferentes equipos obtienen puntos según la calidad de las soluciones propuestas y el tiempo empleado en su elaboración. Tras diez jornadas de desafíos, los tres equipos que encabezan la clasificación pasan a la final, en la que pueden obtener créditos docentes del Comité de Acreditación de la SEC y ganar premios de hasta 2.000 €. Además de emplear las herramientas mencionadas, esta iniciativa es, sin duda, un buen ejemplo de juego cooperativo, ya que la gamificación también puede resultar de gran utilidad para fomentar el trabajo en equipo.

 

LALIGADELOSCASOSCLINICOS_SEC

 

Al margen del estímulo que puede suponer para un participante conseguir un determinado premio, es importante responder a sus acciones a modo de refuerzo positivo. Igual de significativo puede resultar el reconocimiento y el estatus, ya que formar parte de una comunidad y posicionarse dentro de ella motiva a seguir jugando. Los logros más notables pueden visibilizarse a través de badges o insignias o comunicarse en los canales que resulten más pertinentes para dar relevancia a los jugadores más activos o a los ganadores.

 

¿Cómo aplicar la gamificación a un programa de voluntariado corporativo?

 

Para gamificar tu programa de voluntariado corporativo no es necesario modificar tus proyectos o actividades, basta con incorporar un componente lúdico en los procesos de participación de los voluntarios.

Se puede, por ejemplo, diseñar un sistema de puntos en el que se premie a los empleados por interactuar con los contenidos de la plataforma de voluntariado, proponer o formar parte de iniciativas sociales o compartir fotografías y vivencias.

Es el caso del “Club de Puntos Suma en Positivo” del Grupo Cooperativo Cajamar, implementado en 2016 junto al nuevo portal de voluntariado “Provoca”, desarrollado por la Fundación Hazloposible. Según explica Beatriz Rangel Vicente, del Departamento de Responsabilidad Social Corporativa y Calidad Global del Grupo: “Pequeños gestos y experiencias son compartidas a través del portal como ejemplos de acciones solidarias, de tal forma que sensibilizan y dinamizan la acción social entre el resto de compañeros y que reciben distintos niveles de reconocimiento por parte de la entidad en función de los puntos acumulados”.

 

 

CLUBDEPUNTOS_CAJAMAR

 

De este modo, los participantes se esfuerzan por ocupar el mejor lugar posible en el ranking, retándose los unos a los otros y consiguiendo un efecto multiplicador. Cada año, el jugador más activo es recompensado con un premio a elegir entre un viaje solidario o la donación equivalente a una ONG local. Además, todos aquellos que alcanzan una puntuación mínima reciben una compensación como muestra de agradecimiento por su entusiasmo y contribución. “El Club de Puntos Suma en Positivo persigue el reconocimiento al desempeño solidario de los voluntarios que a través de sus actividades se convierten en la principal correa de transmisión de los valores cooperativos que forman parte de la cultura empresarial del Grupo Cooperativo Cajamar”, asegura Rangel.

Fuera de España encontramos otros ejemplos destacables, como el de “Desafío Voluntario”. Esta iniciativa fue lanzada en 2015 por el Instituto Votorantim, un grupo empresarial brasileño con una fuerte tradición en voluntariado corporativo pero cuyas filiales se encontraban en distintas etapas de madurez. Votorantim se propuso utilizar la gamificación para atraer a sus trabajadores a la plataforma y movilizarles, siendo el objetivo final unificar los programas del grupo y transmitir la agenda social de la compañía, logrando así un mayor compromiso por parte de los participantes.

Los interesados, que podían jugar solos o por equipos, tuvieron que superar una serie de etapas y actividades durante un periodo de tiempo concreto. Al finalizar, aquellos que obtuvieron mejor puntuación fueron recompensados con premios económicos que debían destinar a una organización con la que hubieran colaborado.

 

 

La propuesta consiguió movilizar a 2.000 voluntarios de 56 centros de trabajo de todo Brasil, contabilizando un total de 14.000 horas de voluntariado. El alcance fue tal, que en 2016 extendieron la convocatoria a tres empresas de Votorantim Perú. A largo plazo, el propósito es llevar la competición a todos los rincones de América del Sur en los que el grupo opera.

 

¡Juguemos al running!

 

Ya en el año 2013, Bankia decidió apostar por la gamificación a través del programa “Correr con doble meta”, que gestiona a través de su portal de voluntariado corporativo y continúa vigente a día de hoy. Mediante esta iniciativa, la entidad transforma en euros los kilómetros que sus profesionales corren en competiciones oficiales celebradas en todo el país y los dona a proyectos sociales de distinta índole.

“Correr con doble meta” nació con el objetivo de recaudar fondos para la Fundación Make a Wish, cuya principal misión es hacer realidad los sueños de niños y niñas gravemente enfermos. La respuesta fue extraordinaria, durante los primeros 15 días los empleados donaron kilómetros por valor de 25.000 €, lo que empujó a los organizadores a dar continuidad al programa.

Desde entonces, los trabajadores que desean colaborar con la causa solo tienen que certificar los kilómetros que han recorrido, incorporándose automáticamente al listado de corredores solidarios. Bankia se encarga de validar dichos kilómetros y mantener actualizado el ranking, en el que algunos participantes consiguen donaciones de cientos de euros.

Manuel González, trabajador de la entidad, describía así su experiencia al finalizar la última edición: “a lo largo de los 3 últimos años he donado a este proyecto 1.217 km repartidos en 75 carreras que han supuesto 26 podios en categoría general y 57 en la categoría de veteranos. En todas ellas he intentado demostrar que, con constancia y afán de superación, se pueden superar todos los retos y, sobre todo, enviar ánimos a las personas a las que está dirigido el programa y decirles que estoy seguro de que ellos también van a alcanzar sus metas”.

 

CORRERCONDOBLEMETA_BANKIA

 

 

Apoyando las iniciativas de los empleados

 

Son muchas las posibilidades de la gamificación en un programa de voluntariado corporativo. Algunas empresas, incluso, utilizan las mecánicas del juego para empujar a sus empleados a llevar a cabo sus propios proyectos sociales.

La convocatoria “Planta tu proyecto” es un buen ejemplo. Desde hace 6 años y con una periodicidad anual, Bankia invita a todos sus empleados a presentar a concurso un proyecto social junto a una ONG con la que deben colaborar activamente. Los finalistas seleccionados se someten a votación a través del portal de voluntariado y obtienen una donación económica, cuya cuantía depende del número de apoyos cosechados. De esta manera, Bankia premia el carácter solidario de sus trabajadores y fomenta su espíritu emprendedor, al mismo tiempo que impacta positivamente en la sociedad. Lourdes Carmona, del Departamento de Responsabilidad Social Corporativa de la entidad, comenta: «esta iniciativa sirve para poner en valor la implicación de los empleados voluntarios en entidades sociales y sus motivaciones.  El sistema de votación hace que sea más participativo y que los propios voluntarios den a conocer su labor entre los compañeros y la importancia de votar para recibir apoyo económico».

Durante las cinco ediciones celebradas hasta la fecha, más de 3.000 empleados han participado en esta iniciativa, a través de la cual se han canalizado más de 300.000€ hacia un total de 50 proyectos de organizaciones de las que los empleados de la compañía son voluntarios. «En Bankia, la acción social es participativa por definición.  Lo fundamental es que la aportación a proyectos sociales sea elegida, propuesta o apoyada por los propios empleados.  Nuestra acción social se basa en los principios de cercanía, sencillez y transparencia, alineado con el posicionamiento del Banco», añade Carmona.

 

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